Lastima mis oídos el rechinar de mil frenadas.
El viento cambia de dirección abruptamente.
Un estornudo recién expulsado vuelve a refugiarse en mi boca.
Es evidente que algo pasa.
Las mareas también cambian. Los peces trastabillan y la aves en pleno vuelo chocan confundidas.
El anochecer va regresando al día.
Las brújulas apuntan al sur.
Dios ha girado la perinola de la tierra en sentido inverso.
Todos ponen.
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