lunes, 30 de noviembre de 2020

El último gigante

Su majestuosidad reinaba en el claro, como un viejo castillo entre la bruma. Los siglos le enseñaron el secreto del viento y sus raíces abrazaron con amor la tierra.

Desde la altura de su copa los vió llegar. No podía escapar, pero tampoco quiso. Se despidió en silencio de pájaros y ardillas que huyeron despavoridos al primer rugido de la motosierra.





viernes, 27 de noviembre de 2020

Proporciones

Pidieron a Dios un microcuento y escribió completa la historia de la humanidad.







lunes, 23 de noviembre de 2020

El artefacto/Panamá

El artefacto/Panamá

“Las cosas de papá no se tocan”, recordó, pero estaba demasiado intrigado como para obedecer.
Apenas lo sacó del estuche, el metrónomo comenzó a chasquear a rebato. El niño dudó un momento, después lo levantó para verlo mejor. Lo apoyó en la ventana y se quedó observando el dedo metálico que negaba juicioso —clac, clac, clac —, su mirada se perdió en el cielo, donde dos grandes nubes se fundían en una, —clac, clac —. Más nubes cubrieron el sol —clac —, un viento repentino agitó con fuerza las palmeras —clac, clac —, destelló un relámpago en el horizonte —clac —. Al momento, la tormenta se desató furiosa.
El niño corrió aturdido por los truenos a guardar el metrónomo. Papá nunca debía enterarse del desastre que había provocado el artefacto.


martes, 3 de noviembre de 2020

Sin rencores

El terrible soplido del lobo se llevó volando las casas de Flautista y Violinista. Llenos de miedo y vergüenza, corrieron a la casa de ladrillos del hermano mayor.
Práctico los recibió con un beso, soslayando las burlas y los escarnios anteriores.
El piadoso anfitrión fue a cerrar la puerta trasera. Sus hermanos se sintieron más seguros. La sensación les duró hasta que con sus hocicos pegados a la ventana lo vieron entregarle las llaves al lobo.






domingo, 1 de noviembre de 2020

Principios

Unos ojos fulgurantes observaban desde el portal místico, la aterciopelada voz del líder habló dentro de su cabeza:

―Percibo dudas. ¿Algún problema?

Sombra levantó la cabeza.

—Somos seres civilizados, ¿no? —preguntó mentalmente.

—Tu sabes que sí.

—Transformarme en una mujer, lo entiendo, son superiores....

—Pero.

—Pero me niego a usar este objeto para disimular la nave.

—Es solo un utensilio primitivo, no significa nada.

—Aquí representa la opresión de las mujeres, me lo dijo el gato.

—No tenemos género, no deberías involucrarte en cuestiones menores. Monta tu vehículo y reúnete de inmediato con las demás en el bosque. 

Sombra obedeció de mala gana. Pasó una pierna por sobre el palo de la escoba y golpeando con el taco el encendido, alzó vuelo hacia el cielo nocturno.