lunes, 23 de noviembre de 2020

El artefacto/Panamá

El artefacto/Panamá

“Las cosas de papá no se tocan”, recordó, pero estaba demasiado intrigado como para obedecer.
Apenas lo sacó del estuche, el metrónomo comenzó a chasquear a rebato. El niño dudó un momento, después lo levantó para verlo mejor. Lo apoyó en la ventana y se quedó observando el dedo metálico que negaba juicioso —clac, clac, clac —, su mirada se perdió en el cielo, donde dos grandes nubes se fundían en una, —clac, clac —. Más nubes cubrieron el sol —clac —, un viento repentino agitó con fuerza las palmeras —clac, clac —, destelló un relámpago en el horizonte —clac —. Al momento, la tormenta se desató furiosa.
El niño corrió aturdido por los truenos a guardar el metrónomo. Papá nunca debía enterarse del desastre que había provocado el artefacto.


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