lunes, 31 de octubre de 2022

Gatillo fácil


En un charco de sangre, el cazador se balanceaba abrazando el cadáver de su hijo.
—Era el lobo, yo, yo... Perdón, hijito, me confundí —balbucía con la mirada ausente.
Caperucita y la abuela observaban desde un rincón, por la ventana iluminaba la luna llena.



viernes, 14 de octubre de 2022

Deformación profesional

Llevo años trabajando en una imprenta, allí imprimimos unas pequeñas chequeras con vales en colores pastel que parecen formar parte de algún juego de mesa tipo monopolio.

En cada vale puede leerse "Vale por 1…" seguido de diferentes palabras: alegría, misterio, aburrimiento, accidente, ilusión, amor, sorpresa, problema, milagro, amargura, esperanza y muchas otras. Intercalando los vales más o menos al azar, armamos las chequeras y las enviamos empaquetadas a la sección expedición. Y hasta ahí sabemos de ellas.

¿Si me gusta este trabajo? A veces siento que lo amo o quizás sea el miedo a perderlo, digamos que me acostumbré a la rutina. También hay algún imprevisto, cuando es algo malo me desilusiono, pero tiene sus momentos alegres y si me aburro, nunca falta un pequeño milagro que me devuelva la esperanza.


jueves, 13 de octubre de 2022

Códigos

—Puedo estar acostumbrado al barro, pero ¿desagradecido? ¡Jamás! Así me enseñaron mis padres, Dios los tenga en la gloria. ¿Cómo voy a morder la mano que me dio de comer?

La mano en cuestión —la del granjero —, se acercaba al chiquero, empuñando un cuchillo.












Ruidos Nocturnos

Una criada desnuda corre escaleras arriba, su ama la persigue hecha una furia. Varios escalones por detrás sube apurado el señor de la casa sujetándose los pantalones con la mano.
La muchacha llega al altillo desesperada, no hay salida. Acosada, salta la barandilla del balcón y sale flotando por el aire. Su ama no duda un segundo en imitarla y salir volando tras ella. Es el marido quien duda un poco, mira para abajo y al final decide irse con ellas.

Hay cinco personas en la planta baja  de la casa rezando tomados de las manos en una mesa de tres patas. Clelia lanza la cabeza hacia atrás con un grito y se bebe un vaso completo de agua antes de revelarles la tragedia que ocurrió en esa casa.