lunes, 31 de octubre de 2022

Gatillo fácil


En un charco de sangre, el cazador se balanceaba abrazando el cadáver de su hijo.
—Era el lobo, yo, yo... Perdón, hijito, me confundí —balbucía con la mirada ausente.
Caperucita y la abuela observaban desde un rincón, por la ventana iluminaba la luna llena.



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