miércoles, 1 de enero de 2020

El cambiazo

El loco está parado gritando incoherencias en medio de la Estación Central.
Las personas lo evitan y continúan como si nada.
—¡Ayúdenme! —suplica desesperado —. ¡Este no soy yo! ¡Debo escapar de este cuerpo inmundo!
Resulta amenazador y al mismo tiempo duele ver tanta indiferencia.
Me acerco despacio, le tiendo mi mano y me sonríe. Su mirada me sugiere que para él, el loco soy yo.
Al rozar sus dedos siento como si me fulminara un rayo y caigo en plena estación. Desde el piso creo verme a mí mismo alejándome entre la gente. Poco a poco me recupero para descubrir que… ¡soy el loco!
―¡Ayúda! ―grito, arañandome la cara ―. ¡Este no es mi cuerpo!, pero todos se alejan de mí y siguen su camino sin hacerme ningún caso.



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