jueves, 5 de septiembre de 2019

El último poeta

Armado con sus libros en la plaza,
recitó a viva voz bajo la luna. 
A la barriada obrera, que trabaja, 
molestó que importunara hasta la una.

Un certero zapato hecho saeta,
cruzó la noche a gran velocidad, 
impactó en la cabeza del poeta. 
y dejó sin poesía a mi ciudad.





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