viernes, 26 de julio de 2019

Libertad condicionada



Tres palabras definían su complicada vida: Madre, divorciada y homosexual.
Ahora, con su hijo crecido, tal vez fuera más fácil. 
Ayer lo llamaron de la agencia (no puede creerlo, su primer trabajo), avisándole que empezaba esta tarde atendiendo un negocio.  Eso le permitirá a ella compartir tiempo de calidad con su pareja.
Esconder su intimidad siempre fue innegociable en su relación y aunque no esté preparada para hacerlo en su casa, concede ir lejos, a un motel, para no llamar la atención.
Se siente pícara encarando con el coche la entrada y pidiendo una suite especial en la ventanilla espejada.
La voz del conserje, robótica, metálica, crepita en el parlante.
―Habitación 406..., Mamá.





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