viernes, 5 de agosto de 2022

Charlatana

Cuando incorporó al espíritu, Clelia, la médium, contrajo el rostro en una mueca imposible. Ahora se movía por el cuarto encorvada como una anciana. Una voz cascada agitó su garganta:

―¡Oh, muchacho—señaló al joven con un dedo retorcido —, una muerte horrible te espera!

Después rió a carcajadas y cayó al suelo convulsionando.

Clelia se recuperó ignorándolo todo. El joven cliente estaba blanco y sollozando le relató el espantoso suceso. Ella bebió un poco de agua y después lo tranquilizó:

―¿Una vieja achacada? —Sonrió condescendiente —. Es el espíritu de la gitana. Tranquilo, nene, esa no pegaba una cuando estaba viva y en el más allá sigue siendo igual de incompetente.


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