jueves, 11 de abril de 2019

Potsdam

Durante la guerra fría era “Villa Espías”, el lugar perfecto para cazar un agente enemigo.
Ellos eran los mejores de cada bando y recibieron esa misión: Neutralizar al otro. ¿Dónde más deberían buscarse?
Uno vigiló bajo la fachada de payaso vendedor de globos en Babelsberg Park, el otro fingió ser un inofensivo expendedor de palomitas en el mismo lugar.
Sus cubiertas eran perfectas, nadie conocía sus verdaderas identidades y, aún estando tan cerca, nunca sospecharon uno del otro.
Ambos fallaron su misión, pero durante años llevaron alegría y diversión a los niños del parque.



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