La cerveza se acercó al bote, como un tesoro flotante en medio de la laguna. El pescador miró en todas direcciones y no halló otra embarcación a la vista. Era un día caluroso y la lata estaba bien fresquita. Y cerrada.
Cuando su mano la atrapó, un gran anzuelo emergió de ella y le atravesó la muñeca. Lo siguiente fue su figura desapareciendo rápidamente camino del barroso fondo.
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