martes, 10 de abril de 2018
El viajar es un placer
Pasa la ruta. El motor empuja las ruedas que obedientes van rumiando kilómetros de asfalto. Adentro la fiesta, la vida en rosa. Hasta que un malhadado átomo, no digo ya un átomo, un electrón se desbalancea de su eje sentenciando la reacción en cadena. Los pequeños e infinitos eventos se suceden y las fibras del tejido del cuerpo de la correa dentada se separan en precoz despedida. El mal acecha bajo el capó decapitando válvulas sin piedad. Luego, zozobra, miedo, espera y una lucecita de esperanza que no quiere apagarse. —Va a dar para treis mil reais, eu acho... Suspiro trabajado que apenas reprime al sapucay y aquel sorpresivo alpinismo de grúa que parirá una cana en mi sien.
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