―¡Magnífico, hijo mío! Así, la religión del niño robot se extenderá por toda la galaxia.
―Si, en cuanto a eso… para ganar a los fieles tuvimos que ceder en algunas cuestiones.
―Que clase de…
―En lugar de ser ensamblado, en Mirgan, el niño robot nace de un huevo marino.
―Ja ja, es raro pero…
―Y su primer milagro consiste en multiplicar las algas sagradas.
―Humm, mientras conservemos el mensaje...
―Bueno, no decimos mensaje, es mandato. Gracias al mandato el niño venció en las guerras contra los espaciales…
―Pero, para lograr la paz de todos.
―Mmm, hubo que ajustar la historia un poco. El niño emergerá de las aguas para aniquilar a los enemigos de Mirgan que al fin conquistará la paz.
―Es inaceptable, la gente no acudirá a la iglesia…
―Zigurat…
―...a rezar…
―A meditar…
―¿Al menos reciben los óleos lubricantes del niño?
―Allí bautizamos con agua, salada.
El sumo sacerdote explotó:
―¡Basta! ¡Todo eso es sacrílegio!
―Cuidado, Eminencia ―susurró el enviado con preocupación―, no querrá desatar la Furia de sus dioses primordiales...
¡Volver a la nave nodriza!
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