martes, 3 de diciembre de 2019

La pereza

―Nicolás, levantate ya…

―Un rato más, si todavía hay tiempo…

―Sigue así y la navidad te sorprenderá en la cama.

―No manches, mujer…

―Todo el año de flojo y por un día que te toca trabajar...

―¡Jo jo jo! ¿Ya me cosiste mi costal?

―Nooo, si te lo cosieron los duendecillos mientras tú te ponías borracho...

Arregla el carro y apronta a Rodolfo. ¡Muévete, gordo!

Se levantó, al cabo. Se calzó las botas y el abrigo y partió.

Entrando en la avenida, azuzó al jamelgo y lanzó el gastado pregón:

―¡Ropavejeroooooo!






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