La miro, la admiro.
Es la última hebra de pelo negro en mi barba,
la última traza de mi juventud.
Resiste orgullosa el asedio de sus vecinas blancas,
que la desprecian como a esas chicas que se quedan solteras.
Pero ella se caga en todo y en todos
Como en una epifanía, comprendo que con su desaparición
perderé también mi última rebeldía.
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