jueves, 10 de mayo de 2018

El negocio

—Señor león del circo, ¿por qué lo hizo?

—Era absolutamente necesario.

—¿Usted odiaba al domador? ¿Él lo había maltratado?

—De ninguna manera, éramos buenos compañeros de trabajo. Lamentablemente, era mi deber a hacer lo que hice.

—¿Podría explicarle a la audiencia?

— Verá, el clásico de meter la cabeza entre las fauces del león está ya muy visto, tanto que ni necesito explicarlo. Pero para que el número conserve su atractivo, debe entrañar algún riesgo, ¿no cree?

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