Ahícito nomás se armó la charla de fútbol y después de música, de mujeres y sale el tema del destino...
Me confía que la fortuna no siempre le ha sonreído, que en sus malos tiempos hasta llegó a robar autos. —Eso sí, sin violencia —me aclara. Tenía un método infalible para hacerse con las llaves de los autos de los incautos. Me anima a pedir un trago por su cuenta prometiendo contármelo todo al volver del baño. Este pata me cae francamente bien.
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