El niño sintió sobre su hombro la mano helada del fantasma. El espectro se disponía a matarlo del susto pero algo lo detuvo justo en ese momento. Miró sobre su hombro y tembló de miedo al ver mi mano. Porque ese era yo, el fantasma del fantasma. Llegaba para ahuyentarlo y proteger al niño. En eso estaba cuando sentí una mano helada sobre mi hombro.
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