Ahora agregamos unos trocitos más de carne... ahí va.
Seguimos metiendo trocitos de carne hasta completar el molde.
Retacamos bien, zarandeamos y completamos con algunos trocitos más de carne. Fíjense como van largando sus jugos.
Seguimos revolviendo, empujamos y agregamos más trocitos de carne. Si se vuelcan algunos no importa, la idea es que no quede nada de aire adentro.
Ahora seguimos batiendo hasta llegar a Plaza Constitución, donde abrimos las puertas del colectivo y vemos como los trocitos de carne se deslizan fuera, camino de sus miserables empleos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Que te pareció esta historia?