La misma cama, el mismo cuarto.
Echó un ojo por la ventana, su barrio parecía el de siempre.
«¿Sería posible?»
Cruzando la cocina, vió el almanaque pegado al refrigerador y sonrió aliviado: «Primero de enero de 2020».
Entró al baño y al asomarse al espejo se palpó la cara con incredulidad.
«—¡Mierda, mierda, mierda!»
Seguía siendo el mismo zopenco del año pasado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Que te pareció esta historia?