domingo, 11 de noviembre de 2018

El impostor

—”Vine a Comala buscando a mi padre.”, le dijo el ricachón al detective...
—¿Y como le hizo pa’ encontrarlo, abuelo?
—No, si nunca lo buscó. Mejor preparó a un bribón del pueblo pa’ que se hiciera pasar por el susodicho.
—¿A poco el catrín se lo creyó?
—Claro que si, m’ijito, claro que sí, pero resultó que no lo quería pa’ reconciliarse, fíjese.

Ni bien estuvo a solas con aquel payaso, le pegó un tiro en la frente.
—¡Híjole abuelo!, ¿y cómo terminó la historia?
—El platudo dejó una montaña de billetes para pagar el silencio y desapareció en el desierto.
—¿Y qué pasó con el detective?
—Después de eso, dejo las investigaciones. La plata le hizo mal y se dedicó la bebida.

Anduvo de bar en bar, llorando y lamentándose. Le escucharon decir que su hijo era un asesino.
—Chanfle...
—Así es la cosa, m’ijo; que lo que viene con el viento, el viento se lo lleva...


Homenaje a México y a Juan Rulfo.



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