domingo, 1 de julio de 2018

Magia del amor

En el momento crucial de la noche, tocaron el vals de los novios.
Él le tendió su mano y ella lo abrazó con gesto cándido. Bailaron con gráciles pasos, sin dejar de mirarse a los ojos ni un instante. 


La música sonaba lejana. Desapareció el salón, las luces, los invitados...solo existían los dos y su baile; aquel que siempre habían soñado, ese que nunca habían tenido.

Y al terminar la música, volvieron poco a poco a ser Ramona, la cocinera y Francisco, el mozo de la fiesta.





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