—Imagine una infinidad de hilos que nos unen a la realidad, cuando uno de esos hilos se corta, sufrimos alucinaciones.
—¿Puede curarme?
—Olvídese de mí. No vuelva a consultarme jamás.
—No, Doctor, tiene que ayudarme.
—¿Todavía no se da cuenta? Yo soy su alucinación y usted… usted es la mía.
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