Algo tiene su voz, una especie de zumbido. Gregorio lo mira y se da cuenta de que el tipo es una cucaracha gigante. Luego mira sus propias manos y descubre que son dos pinzas de insecto.
Dentro del sanguche sangra el cadáver destrozado de un hombrecito diminuto, muy parecido a Gregorio Samsa.
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