―Son lo mejor para una pareja sin hijos.
―¿Hay alguna raza que sea más dócil? ―preguntó Félix.
―No se encaprichen con las razas. Yo tengo una hembrita mestiza que es un primor. Su mirada curiosa me acompaña en el día, oye mis divagues y ¡hasta me responde! Claro, yo no comprendo su idioma, jaja.
―No estamos muy convencidos ―susurró Caty con timidez―, dicen que son muy independientes y temperamentales.
―Los hay de todo tipo, pero se domestican con facilidad. Es cierto que no comparten nuestra inteligencia pero siempre recomendaré adoptar uno. ¿Y saben por qué? Porque un humano es la mejor de las mascotas ―afirmó Caty lamiéndose una pata―.
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