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sábado, 25 de agosto de 2018

Parasoles Noemio

La playa quedó casi desierta por el agobiante calor del mediodía. Nadie sabe qué hacía ahí sola.
Bajo la sombrilla, la turista sueca comenzó a sentirse mal. Aún siendo embarazada primeriza, supo que ese dolor sólo podía ser una contracción y luego otra y otra....
—¡Alguien que me ayude, ya viene mi bebé!
El chico de las sombrillas acudió corriendo. Estaba aterrado pero tuvo presencia para dar el aviso y después se hizo cargo de la situación.
La mujer pujaba con la vista fija en las palabras escritas en la sombrilla.
El llanto del bebé se mezcló con la sirena de la ambulancia.
Se la llevaron tan rápido que no alcanzó a preguntarle su nombre, por eso su hijo se llama Noemio Larssen.





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