—¡¿Dónde está, viejo bufarra?! ¡¿Dónde lo tenés a Benasti? —El agredido resistía al borde del infarto sin acertar a contestar nada. —¡Hablá, pelado hijo de puta!
La más linda de la clase se acercó a ayudar, confiando en su belleza, que a tantos bravucones había logrado tranquilizar.
—¡Ya está, Quique, dejálo, corazón!
—¡Vos no te metás, vieja de mierda! ¡Este tiene puesta la bufanda de Benasti!
Los nietos levantaron en vilo al agresor y al fin pudieron separarlos.
—Perdonálo, Benasti —dijo la más linda del grado al nerd mientras lo ayudaba a levantarse —. Quique tiene Alzheimer.
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