—El baño es solo para los clientes.
El dueño del bar soltó la respuesta agachado tras la barra, una táctica que usaba para deshacerse de advenedizos sin tener que verlos a la cara:
Cuando se levantó, se encontró frente al mismísimo Superman. El hombre de acero no lo parecía tanto con las cejas alzadas y mordiéndose el labio inferior. De mala gana, el tabernero señaló el pasillo en penumbras con el pulgar. A pasos cortos y ligeros, Superman ganó el fondo y entró a la derecha.
Lo que siguió fue una detonación tan violenta que sacudió el suelo y reventó los vidrios del local. Era Lex Luthor quien, aprovechando la ausencia del héroe, hizo volar el edificio del Daily Planet.
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