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sábado, 14 de agosto de 2021

Infancia de circo

Lo vigilaba escondido detrás de unos fardos, listo para dar la alarma si intentaba robar algo. El fulano salió de la carpa y se acercó fumando al carromato del tigre, la música llegaba amortiguada desde la pista.
Cuando terminó el cigarrillo, arrojó la colilla encendida entre las patas de la fiera. El animal apenas dio un respingo, luego le dedicó la mirada más triste del mundo.
Él también lo miró fijo, después giró y comenzó a alejarse. Al cabo de tres pasos se detuvo y regresó bamboleante junto a los barrotes.
—A mí no me engañás, carae’ palo ―dijo con voz fangosa. Sacó una petaca y le dió un trago, escupió el aserrín del suelo y prosiguió―. Si esto fuera tu selva, estarías acechándome, babeandote del gusto por hacerme tiritas con tus garras.
Caminó balbuceando maldiciones hasta perderse en la noche pueblerina.




Publicado en la Antología "Tigres para Juan" de Revista Brevilla en mayo del 2022.

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