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martes, 13 de agosto de 2019

Ring of fire



Su corazón latió fuerte cuando vio aquel magnífico escenario vacío. Algo interior le decía que el espectáculo era su lugar, que había nacido para estar ahí arriba. 

Consideró los riesgos pero la curiosidad pudo más, decidió subir para averiguar qué se sentía. 

Trepó por un costado y en el centro del plató abrió los brazos. Una platea imaginaria prorrumpió en aplausos, él se inclinó en una lenta reverencia.  Tan abstraído estaba que no oyó el rasguido corto y seco de la cerilla.
Al instante, el contorno del escenario estalló en llamas. Llamas perfectas, azules, idénticas... insalvables. 
Corrió desesperado sólo para advertir lo inútil del intento, la trampa era perfecta, un derroche de ingenio y sofisticación. ¿Quién? ¿Cómo? ¿Por qué? 
El círculo metálico comenzó a calentarse y eso fue todo.
Gregorio Samsa apoyó la tetera sobre la hornalla sin advertir siquiera el cadáver calcinado de la cucaracha.



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