—No estoy listo aún, te pido un día de gracia para ordenar mis asuntos.
—De acuerdo.
—¿Por qué sigues aquí? —preguntó perplejo.
—Porque este día sólo será una sucesión de muertes.
Cansada, blandió la guadaña por sobre la capucha y antes de descargar el golpe, el huesudo rostro exclamó: —¡Esto no es vida!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Que te pareció esta historia?