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viernes, 26 de agosto de 2022

La tentación

El lobo se sintió acosado por primera vez en su vida. Desde el fondo del colectivo la abuelita lo observaba con la boca entreabierta y los ojos ávidos. Al verse descubierta, la anciana se ruborizó y enseguida disimuló mirando por la ventanilla.
El lobo entró en pánico, se suponía que era él quien acechaba. ¿Qué había sido todo eso? Tragó saliva, tomó coraje y volvió a mirarla, la abuelita estaba como hipnotizada con la vista fija entre las patas peludas del animal. El lobo sacudió la cabeza nervioso, había pocos pasajeros y todavía no llegaban al bosque.
Instantes después, lo sobresaltó un suave toque en el hombro. Era una mujer con un bebé que le señalaba algo en el suelo:
—Se te cayó la billetera, flaco.
El lobo la levantó y agradeció juntando las palmas. 
En el asiento del fondo, la vieja no pudo reprimir un gesto de fastidio.


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