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martes, 12 de julio de 2022

Barrio lindo

Un día cualquiera, el piojo Garmendia se hartó. Reunió a los vecinos en la puerta de su ranchito y les dijo:
—Este lugar… es nuestro. Aquí llegaron nuestros padres, aquí nacimos y vivimos. Y comemos. Y trabajamos. Aquí se crían a nuestros hijos. ¿Qué ejemplo tendrán de un lugar tan sucio, tan desarreglado?

El barrio tiene que cambiar, entre todos debemos mejorarlo, recoger las basuras, poner orden. Y al terminar, las fuerzas vivas del pueblo podríamos abrir un boulevard y festejar con un gran desfile.

La vecindad rompió en aplausos.

Al día siguiente, el vagabundo despertó sobre sus cartones. Todo en el callejón parecía estar tan mugriento como siempre, pero su cabellera… ¡Oh, impecable! Sobre la prolija raya al medio marchaba una diminuta banda municipal.

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