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viernes, 20 de septiembre de 2019

Colonia del Sacramento

Una milonguita baja desde el balcón, acaricia mis oídos y se pierde en la tarde:

"Fuimos juguetes en sus manos, Señor Juez,
que acaso el muerto también pude ser yo,

pero en el duelo de guapos lo maté,
y la locura de su embrujo se rompió..."

“Shakespeare era uruguayo, qué no ni no.”—pienso.






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