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martes, 30 de octubre de 2018

Ultimátum

Mi primera cana en la barba. Brillante, altanera, oprobiosa.
La raspo con la uña del índice, como si se pudiera borrar...
Sigue allí, advirtiéndome: — ¡A ver si te dejás de hacer boludeces, vos, que ya no sos ningún pendejo!








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