Imaginé volar y volé junto a las aves, luego desperté parado sobre el sofá con mis brazos extendidos. Recorrí las peligrosas selvas africanas y vencí a una feroz pantera que resultó ser mi gato. Naufragué en el Titanic y a punto de congelarme salté de la bañera para envolverme en un toallón tibio. Ahora, llorando sostengo esta pistola humeante y ruego porque te levantes y me muestres que solo es salsa de tomate.
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