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miércoles, 26 de septiembre de 2018

El ciclo de la tristeza

En el kiosko de una gasolinera, el muñeco de felpa sueña con los brazos de un niño. 
Está triste y enojado pero su boca cosida permanece muda y sus ojos de plástico no pueden llorar.
Lamentos y lágrimas se acumulan en su interior y con el paso del tiempo envejece depresivo y amargado.
Perdida su cuestionable belleza, su piel es rasgada y desechada y su algodón es reutilizado para rellenar una pequeña almohada.


Tiempo después,  una madre se queja desesperada:

—¡Querido, ayúdame a consolar al niño!¡No sé qué hacer! Se duerme en brazos pero apenas lo acuesto, llora y berrea sin motivo...

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