Luego de recitarlo gritó: "¡Lobos de la tundra, vengan a mí!", aunque de su boca solo salió un largo aullido.
Al poco, la jauría se encontraba a su alrededor.
Korztrec dirigió unos gruñidos al lobo alfa: "Soy un poderoso hechicero, les ordeno que vuelvan al bosque y cacen un conejo para mí."
El lobo alfa, agachó las orejas y respondió: "En la tundra nadie es más poderoso que yo, debiste convocar a los conejos". Después ladró y el círculo de bestias se cerró sobre el brujo en un frenesí de colmillos y sangre.
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