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miércoles, 1 de agosto de 2018

Golpe de suerte

El Rulo corría a nuestro encuentro montando una bicicleta nueva.
—Eh, es una "Rayo veloz" ¿Cómo la conseguiste?
—Una corazonada, después te cuento...lo que importa es que ahora tengo bicicleta como ustedes —contestó ruborizándose.
Advertí su labio partido y su mejilla amoratada. Cuando estuvimos solos le pregunté qué pasó.
—Te cuento pero queda entre nosotros ¿eh?
Prometí guardar el secreto.
—El viejo me mandó a lo del polaco a jugar a la quiniela, al veintidós, cien pesos a la cabeza y a los premios. Por el camino crucé un gaucho a caballo, ¿raro no? En la agencia estaba el tano Cavalli tomando Legui con el polaco, jugaban al ajedrez.
—¿Y con eso qué?
—¿No entendés, hermano? El destino me estaba avisando, jugale al caballo. Le jugué todo al cero veinticuatro, a la cabeza.
Cuando el viejo vio la papeleta me cagó a palos. Le dije que me confundí, igual me fajó, para que aprenda.
—¿Y la bici?
—Ahí va. Al otro día el polaco vino a pagar. ¡Salió el veinticuatro en la nacional y la provincia!
El viejo me besaba y lloraba. A la tarde volvió con la bici de sorpresa...
El Rulo pedalea a toda velocidad y levantando un brazo grita: —¡Jaióooo Silver!





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