—No es buena idea poner a ambos gemelos rumbo al mismo lugar — pensó Jor-El.
Nadie sabe qué pasó con la nave destinada a Vía Láctea, la otra aterrizó en Sabondian, el planeta gigante. Su joven pasajero, creció bajo los efectos del sol turquesa y la desmesurada fuerza de gravedad. Esto convirtió a Krill Cuis — así lo llamaban — en el ser más endeble y contrahecho de ese mundo.
Cuando creció, Krill sobrevivió pidiendo limosna en las calles, sobre un lamentable carrito de ruedas hasta que un sabondiano avispado vio la oportunidad de hacer dinero exhibiéndolo como fenómeno de feria.
—Y ahora... con ustedes damas y caballeros... Inframan, el hombre de excremento!
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