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jueves, 3 de mayo de 2018

La lid

Un astuto demonio puso la espada plateada en su mano y le dijo:
—Toma la espada de la discordia, su punta envenenada garantiza tu victoria
Su rival recibió de un arcángel el escudo dorado:
— Confía en el escudo de la humildad, pues nada puede atravesarlo.
—¡Salve, César, quienes van a morir te saludan!
¡Clang!


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