Su profesor cuenta que era un prodigio tocando el piano. Un genio precoz como nunca había visto antes.
En el barrio de Riverdale, practicar piano era como llevar un cartel en la espalda que dijera: "Patéame".
Así aprendió a pelear, para que los bravucones no se metieran con él.
Riña tras riña olvidó el piano y hoy quiebra pulgares para un conocido prestamista local.
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Excelente historia que nos muestra lo humanos que somos.
ResponderEliminarGracias por leer, encantado de que te guste. Te espero cuando quieras volver. Saludos.
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